El objetivo del curso es generar en los futuros abogados conciencia sobre la importancia de enriquecer el ejercicio de su profesión con el desarrollo de power skills para no solo tener un título de “Abogado”, sino prestar un servicio profesional excelente. Si hay una pregunta que brilla por su ausencia durante la formación requerida para graduarse de ‘Derecho’ es la reflexión en torno a qué hace que un abogado sea un buen abogado (o un mal abogado). En esta clase veremos que los abogados prestamos servicios que van mucho más allá de la jurisprudencia. Discutiremos cómo muchas veces nuestros clientes no están esperando que seamos (tan) abogados. Exploraremos que tener excelentes soft skills (power skills) resulta más relevante que saber ‘mucho Derecho’. Así como saber de música no nos hace grandes intérpretes (de hecho, hay grandes músicos que no saben leer notas, p. ej. Django Reinhardt o Barry White), saber de Derecho no nos hace per se buenos abogados. Hablaremos de la importancia del storytelling, el design thinking y la ‘economía del comportamiento’, entre otros, como elementos indispensables para una mejor práctica del Derecho. También plantearemos la utilidad de las habilidades blandas en el marco del relacionamiento con el cliente.